Los cambios no deseados, los desafíos inesperados, la pérdida, las decepciones, el abuso u otras formas de adversidad a menudo traen consigo daño o daño. Los sentimientos de lastima de si mismo son bastante normales y comprensibles. Es natural sentir pena por ti mismo cuando estás teniendo dificultades. Pero si la lastima de si mismo se hace cargo y no la reinicias, es una emoción muy problemática.
El problema de sentir lastima de si mismo
La lastima de si mismo refuerza la sensación de ser una víctima que trae consigo desesperanza e inacción. Tus opciones parecen muy limitadas. Está preocupado por el pasado y lo ve como la definición de su futuro de una manera muy negativa y restrictiva. Su percepción se reduce a ver solo pérdidas, daños y problemas. Te crees indefenso, derrotado y vulnerable. La lastima de si mismo puede mantenerte más bien pasivo, esperando ser rescatado, por alguien, de alguna manera.
El poder de la autocompasión
La autocompasión también reconoce la dificultad en la que te encuentras. Pero no se trata de sentir pena por ti mismo, culpar a los demás o pensar en la miseria. Apreciando las realidades de su situación, la autocompasión es una actitud enriquecedora hacia usted mismo. Implica tratarse con la misma amabilidad, cuidado y empatía que tendría con un amigo muy querido: amable y comprensivo consigo mismo cuando está pasando por un momento difícil, se siente inadecuado o ha fallado. En lugar de permitir que su crítico interno se haga cargo o se quede atrapado en la víctima, se mira a sí mismo de una manera compasiva y extiende la comodidad y el cuidado hacia usted.
Cuando parezca que usted es el único que es inadecuado o sufre, recuerde que ser humano conlleva vulnerabilidad e imperfección. Cualquiera sea su experiencia, mantenga una perspectiva equilibrada en lugar de ignorar su dolor o exagerarlo.